lunes, 8 de agosto de 2011

Bonanza.

No me di cuenta del miedo que tenía de perderte hasta que me encontré en casa sola, y cocinando para uno. Si, para mi sola, porque te habían llevado al médico.
Y no pude, me encontré con la casa sola. No me tuve que fumar Bonanza mientras comía. Pude ver lo que quería, lo que se me cantara el orto. Pero no, preferiría ver Bonanza. 
Y me puse a llorar.

Quiero ver Bonanza,
                                quiero verte bien,
                                                            no me dejes.

6 comentarios:

  1. Es un momento difícil, así que hay que tener fuerzas y esperar a que todo salga bien.

    PD: Acá siempre hay varios comentarios, y en este posteo que debería estar lleno de mensajes, hay uno solo. Un poco de voluntad blogeros.

    ResponderEliminar
  2. No puedo hacer más que sumarme al comentario (y casi pedido) de los blogueros de más arriba. Fuerza querida!

    Besotes, Pipi.

    ResponderEliminar
  3. Mas allá de que sea un simple comentario, yo creo (o a mi por lo menos), ayuda.
    Así que ánimos!.
    Con respecto a lo ultimo que puse, modifique varias cosas, quizás me imagine un lugar al que me gustaría ir, o lo que fue el barrio en el que estoy actualmente. Ya nada es así, o por lo menos no todo, mas que nada lo de los chicos.
    Saludos y un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Todo va a salir bien, no te preocupes.

    ResponderEliminar
  5. upa... bueno, mas que sumarme a lo que te dijeron va a estar complicado!
    Un abrazo... grande!

    ResponderEliminar