lunes, 5 de marzo de 2012

Voy a tratar de hacerla corta...
Trabajo de recepcionista para un consultorio médico. Son cuatro consultorios juntos y muchos viejos de PAMI. Una vieja estuvo esperando media hora a que la atendiera el dermatólogo, le pareció indignante y empezó a quejarse con las otras viejas y a resoplar. Resulta que decidió que eso era mi culpa, por lo que me empezó a gritar frente a una sala llena de gente cuestionándome qué era lo que estaba haciendo, lo mucho que esperó y lo inútil que cree que soy. Mientras tanto intentaba atender el teléfono y la vieja seguí gritando que yo hacía como si nada y que soy una insensible. Tuve que disculparme y pedir que llamaran dentro de 5 minutos para pedir el turno porque estaba con un inconveniente. Me levanté del escritorio pasé por al lado de la vieja que me seguí insultando con voz chillona y me fui al baño a llorar. Si, terrible recontrapelotuda. Si me quedaba me largaba frente a toda esa gente, entonces fui al baño y salí como si nada. Me volví sentar mu serena y me serví un vaso de jugo. La vieja me miraba con odio, porque pensaba que no me había afectado y la estaba  ignorando. Pero si, la hija de puta me gritó como si fuera mi abuela. Y no le podía decir nada. Que impotencia.
Pero también está la vieja que te dice "tesoro", los que te regalan un caramelo, los que te cuentan las últimas noticias importantes que te perdiste por no escuchar la radio, los que me elogian la letra porque soy zurda, los que critican a los doctores susurrando, y muchos más personajes que me alivianan el día.
Creo que mi primer trabajo zafa bastante...